La creatividad es una capacidad fundamental para la filosofía. Así, algunos procesos como la relación de contenidos, pensar de manera crítica y alternativa, saber plantearse preguntas y buscar respuestas que escapan de los cánones socialmente y/o tradicionalmente establecidos, se ven facilitados y favorecidos cuando se usa la creatividad.
Por ello, a lo largo del curso me gusta utilizar el poder de los juegos, especialmente de aquellos que potencian el uso de la imaginación y la construcción mental de ideas e imágenes, para promover y ayudar al alumnado a desarrollar esta capacidad.
Durante el último tema, tanto de 4º ESO (tema transformación) como de 1º Bachillerato (Filosofía política) se han introducido varios juegos y se les ha hablado de cómo sin pensamiento alternativo y divergente, así como sin creatividad, no se puede transformar el mundo ni encontrar soluciones a los nuevos y viejos problemas que los filósofos intentaban e intentan resolver sobre la convivencia, la organización y la mejora de la sociedad.
Puesto que pronto ellos formarán parte activa de esta sociedad a través de su trabajo tendrán en sus manos la posibilidad de ayudar a crear un mundo un poquito mejor, y para ello, para enfrentarse a esos problemas comunes y saber dar respuestas innovadoras y originales que tengan como meta el bien común, habrán de saber usar su creatividad y activarla al 100%.
Además de jugar a varios juegos de mesa, algunos comprados y otros creados por la profesora, les llega a ellos el turno de inventar sus propios juegos y ponerlos a disposición de los demás para que puedan repasar y afianzar los contenidos del tema.
La metáfora es clara: Debemos usar los recursos que tenemos a nuestro alcance para lograr conocer y aprender, pero si esos recursos no existen, ¿nos vamos a quedar de brazos cruzados? Si eso ocurre, deberemos aprender a ser innovadores y creativos y crear nuestros propios productos, los cuales, siempre se deben compartir cuando estos pueden suponer una mejora o beneficio para la sociedad.
Con esta actividad de creaciones de juegos logramos:
- Pensar, organizar y expresar reglas.
- Potenciar su creatividad.
- Repasar y aprendernos los contenidos de manera significativa al preparar el juego.
- Aprender a trabajar de manera colaborativa con los demás miembros de nuestro grupo.
- Disfrutar de la satisfacción que supone haber ayudado a los demás a aprender a la vez que se lo pasan bien con nuestro juego y nuestros productos.
- Repasar con los juegos de los demás.
- Evaluar el trabajo de nuestros compañeros, siempre intentando que mejoren sus errores (tanto de forma como de contenido) y que nuestras anotaciones sean constructivas y respetuosas, apuntando tanto lo positivo de cada juego como aquello que necesita ser mejorado.
- Activar la memoria visual y marcar la teoría y contenidos con emociones, diversión y buenos recuerdos facilitando así su recuperación en el examen y en la memoria a largo plazo.
Lo del pensamiento alternativo y divergente suena a Edward de Bono.
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Jejeje, claro! 😉 Fundamental además en los futuros profesionales del Siglo XXI!
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Reblogueó esto en luispablodetorrescabanillas.
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